MAMA KILLA (Luna * Moon * Lune)

Siiiiii... es la Tierra.

Siiiiii... es la Tierra.

Hace unos días fui a ver el documental «In the shadow of the moon«, presentado en muchas partes por la celebración del 40 aniversario de la llegada del hombre a la luna.

Es un documental que se apoya sobretodo en los testimonios de las personas que fueron parte de la proeza, y que, claro, resalta el logro de los EEUU en la labor, que sea por sus afanes de competencia con los rusos en la carrera espacial, sea por ese espíritu “conquistador-colonizador” que los mueve, lograron ser los primeros en estar allá.

Pero para no adentrarme en reflexiones sobre la importancia de ese logro, naturalmente desde mi posición de hormiga en el planeta, y sumarme a quienes están en contra o a favor de tal hecho, para desentrañar si fue en verdad un avance o no en la historia de la humanidad, hay una reflexión en el documental que me gusto bastante, y que no es sobre la luna precisamente, la cual era el destino de la misión y el objeto del documental, sino de lo que desde allí podía verse: la TIERRA.

Uno de los tres astronautas que formo parte de la misión señala que cuando se encontraba en el viaje espacial, se torno a ver la tierra, y que fue embargado por un sentimiento de admiración y terror al mismo tiempo, puesto que lo que veía era una esfera azul con manchas marrones, suspendida completamente en el silencio y  oscuridad cósmica, y que pensó para si en la enorme y delicada fragilidad de esa esfera fantástica y en la responsabilidad de mantenerla. (No son necesariamente sus palabras, pero si la idea).

Pensé luego que el salto gigantesco para la humanidad no fue necesariamente ese pequeño paso de Armstrong en la luna, sino la posibilidad de tener esa perspectiva increíble para descubrir nuestro lugar en el espacio, un punto de vista que como dice un columnista de un diario, dio a la humanidad una lección de humildad a todos quienes seguían el acontecimiento, y yo, añadiría, a todos quienes se sienten parte viva de esta Pachamama (Madre Tierra) maravillosa.

Después de unas décadas complicadas, posteriores al viaje de Armstrong, Collins y Aldrin, y decididamente lanzadas a una única “idea de progreso y desarrollo” que recae solo en lo material y que ha llevado a un estado de insostenibilidad del planeta y del mismo hombre como sujeto racional, ojala pues, ahora, encontremos una perspectiva interior, lucida, para revertir este curso y tengamos un lugar en el universo, para poder seguir confiándole nuestros secretos, y para que los poetas tengan objeto de inspiración, a nuestra, también, queridísima LUNA.

Ahora si... un pedacito de la Luna.

Ahora si... un pedacito de la Luna.

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